sábado, 9 de diciembre de 2023

Javier Milei y Diego Giacomini sobre la política institucional

Javier Milei y Diego Giacomini, economista de la escuela austriaca y liberal-libertario, escribieron en Libertad, libertad, libertad: Para romper las cadenas que no nos dejan crecer:

No somos políticos. Creemos que nuestra decadencia tiene su origen n la propia forma de pensar de los argentinos, así que trabajamos sobre esa forma de pensar. Si nos metiéramos en la política institucional, como actualmente lo hacen otros liberales, el sistema nos comería crudos en seis meses. Sería tirar nuestro trabajo a la basura. La política no cambia nada; apenas legitima y legaliza algo que fue impuesto a la sociedad hace mucho tiempo, y que ahora, a su vez, emana de la sociedad. Por supuesto, los políticos, que son mentirosos profesionales, sostienen que la realidad se transforma desde la política. Es falso. La gente ya se divorciaba desde hacía décadas cuando [el expresidente argentino Raúl] Alfonsín propició la Ley del divorcio. Éste es el discurso permanente de los políticos: ustedes nos deben todo. Gracias a nosotros, que promulgamos la ley, se puede separar y divorciar. Pero no: apenas legitimaron, a través del monopolio legal que tiene el Estado, algo que ya surgía de hecho de la interacción entre los individuos.

Milei y Giacomini publicaron Libertad, libertad, libertad en 2019. Lo que siguió lo conocemos: en 2020 Milei anunció el inicio de carrera política, en 2021 fue elegido diputado nacional y en 2023 ganó la elección presidencial. Mañana asumirá como presidente de Argentina.

En un post anterior señalé que Milei aplicó durante su campaña presidencial el paleolibertarianismo, entendido como una estrategia política que en su versión pampera consistió en establecer una alianza entre libertarios y conservadores de corte nacionalista-militarista, así como emplear un discurso populista de derecha. Al quedar en segundo lugar en la primera vuelta de las elecciones (o segunda, según se vea), Milei se alió con el ex presidente Mauricio Macri y Patricia Bullrich, la candidata presidencial de la centro-derecha, quienes hasta ese entonces eran parte de la "casta política". 

Puesto que Milei ganó la elección presidencial, este giro demostró ser eficaz y, ya como presidente electo, procedió a estrechar lazos con sus nuevos aliados. Necesitado de una mayoría legislativa y de policy makers, no solo nombró a personajes ligados a Macri en su gabinete económico, sino que la misma Bullrich será la próxima ministra de Seguridad y Luis Petri, el compañero de fórmula de Bullrich, ministro de Defensa. El significado político de estos nombramientos no deben subestimarse: durante la campaña presidencial. Milei señaló que los nombramientos en los ministerios de Seguridad y de Defensa recaerían en Victoria Villarruel, su compañera de fórmula. Esto sugiere un abandono o pausa del paleolibertarismo a favor de una alianza entre libertarios y conservadores-liberales.

Mañana, al tomar posesión, Milei anunciaría medidas para estabilizar a la economía argentina entre las cuales no estaría incluída una de sus principales promesas de campaña: la dolarización. Quizá reiterará que la dolarización "no se negocia", pero parece que la apuesta ahora es estabilizar mediante un programa ortodoxo en el que dolarizar no tiene cabida.

¿Milei logrará cambiar la realidad mediante la política y, de paso, evitar ser comido crudo? Lograrlo quizá requiera una alta dosis de pragmatismo.