Al momento de escribir estas líneas, las economías de muchos países
están experimentado un episodio de alta inflación. En términos generales, la mayor
inflación global se explica principalmente por disrupciones de las cadenas de
suministro ocasionadas por la pandemia del Covid-19 y por mayores presiones del
lado de la demanda de bienes conforme esta pandemia cede. A ello hay que
sumarle la guerra Rusia-Ucrania que ha aumentado los precios de los
combustibles y otras materias primas y, con ello, los costos de producción en algunos países.
En México, el precio de la gasolina y otros combustibles no se ha mantenido bajo control gracias a un subsidio fiscal.
Diversos bancos
centrales han aplicado políticas monetarias restrictivas. No obstante, dado
lo pronunciado y prolongado de este episodio inflacionario, varias voces han
pedido explorar el uso de otros instrumentos de política pública.
En febrero pasado
(2022), el IGM Forum de la Escuela de Negocios de la Universidad de Chicago
formuló tres proposiciones para que un panel de 43 economistas académicos de
Estados Unidos diera su opinión, participando finalmente 41 de estos expertos.
Estas proposiciones tienen que ver con la importancia del poder de mercado con
la mayor inflación observada actualmente, y con la efectividad que tendrían la
política de competencia económica y los controles de precios para contenerla. Los
resultados en inglés pueden consultarse aquí. Si bien los economistas dieron
su opinión para el contexto de Estados Unidos, por la naturaleza global de la
inflación actual, considero que conocer estas opiniones puede ser de interés en otros países. A continuación, presentó las tres proposiciones (traducidas al
español) y resumo brevemente las opiniones hechas. Otro resumen en inglés en el
portal de VOX EU puede consultarse aquí.
a) Un factor importante
detrás de la mayor inflación actual en Estados Unidos son las corporaciones
dominantes en mercados no competitivos, que aprovechan su poder de mercado para
aumentar los precios con el fin de aumentar sus márgenes de ganancia.
Antes de presentar
los resultados, es importante considerar que los economistas indican sus
niveles de confianza en cada una de sus respuestas, por lo que se puede obtener una
distribución ponderada de sus respuestas. Además, los economistas tienen la opción de hacer algún comentario para justificar o explicar sus respuestas,
lo que ayuda a entender sus razones.
La distribución ponderada por
el nivel de confianza de las opiniones sobre esta proposición es: 3% muy de
acuerdo; 7% de acuerdo; 12% incierto, 52% en desacuerdo y 27% muy en
desacuerdo. Es decir, la percepción
mayoritaria en este panel de economistas es que el poder de mercado influye
poco en la inflación actual en los Estados Unidos.
Esta distribución de opiniones puede parecer sorprendente, puesto que asociar mayor poder de mercado con precios más
altos es intuitivo. Al revisar los
comentarios, las cosas se vuelven más claras.
Abhijit Banerjee, Angus Deaton y Bengt Holmström fueron los únicos integrantes
del panel que se manifestaron a favor de la proposición, pero lamentablemente
ninguno de ellos explicó su opinión.
Daron Acemoglu, Austan Goolsbee y Larry Samuelson indicaron que la
proposición era incierta, pero sí comentaron sus respuestas, por lo
que sabemos que reconocen que en Estados Unidos hay un problema de poder de
mercado, pero no encuentran el mecanismo causal que conduciría a una mayor
inflación. Judith Chevalier también opinó que la proposición es incierta y
señaló que la manera en que los márgenes pueden traspasarse a los precios (pass-through)
puede diferir mucho entre industrias, independientemente de que haya poder de
mercado o no.
Entre los economistas que se manifestaron en contra de esta proposición,
Robert Hall y Richard Schmalensee (experto en competencia
económica) señalaron que el poder de mercado genera altos niveles de precios,
no cambios importantes en ellos (es decir, inflación). Los otros integrantes del
panel que respondieron en contra de la proposición señalaron, por una parte,
que no identifican un mecanismo causal que vaya de márgenes altos a mayor
inflación o, por la otra, en caso de que lo hubiera, la contribución del poder
de mercado a la inflación no sería “importante”. El episodio inflacionario
actual tiene otras causas. David Autor comentó, de manera ilustrativa, que los
mercados de Estados Unidos han estado altamente concentrados por décadas,
mientras que la elevada inflación que actualmente vemos es de un año para acá.
b) Las intervenciones antimonopolio (antitrust interventions) podrían
reducir con éxito la inflación estadounidense durante los próximos 12 meses.
La distribución ponderada de las opiniones es: 4% de acuerdo; 12%
incierto; 38% en desacuerdo y 46% muy en desacuerdo. Es decir, 84% está en
contra de esta proposición.
De los que respondieron estar de acuerdo, el único que comento su
respuesta fue Darrell Duffie, quien señaló que las acciones de las leyes de
competencia económica contra empresas con poder de mercado tienden a bajar los
precios.
Los que opinaron en contra de esta proposición o que señalaron que es
incierta, y que justificaron sus opiniones, manifestaron sus reservas sobre la
efectividad de la política de competencia económica en las circunstancias
actuales debido a la manera en la que es instrumentada. Por un lado, Goolsbee,
Samuelson y Schmalensee observan que el problema de inflación tiene un alcance
nacional, mientras que las acciones que se derivan de las leyes de competencia
tienden a enfocarse a mercados con una dimensión geográfica menor. En efecto,
las leyes de competencia normalmente solicitan que en algunas intervenciones se
definan “mercados relevantes” delimitados geográficamente, de tal manera que
los problemas investigados y las medidas para corregirlos tienen una incidencia
local o regional, rara vez nacional. Por otro lado, Acemoglu, Markus Brunnermeier, Kenneth Judd, William Nordhaus y José Scheinkman señalan el
tiempo que toma implementar las acciones de política de competencia económica.
Típicamente, esta política opera mediante la realización de investigaciones de
prácticas monopólicas las cuales pueden llevar varios años en ser concluidas y
establecer medidas. En algunos países, como México, la Ley Federal de
Competencia Económica (pdf aquí) prevé procedimientos especiales para determinar ausencia
de condiciones de competencia que si bien se llevan a cabo en menos tiempo
pueden requerir varios meses para emitir una resolución. Además, una vez que se
tiene la resolución hay que instrumentar las acciones.
En este punto, la opinión mayoritaria en este panel de economistas se
puede resumir en que es dudoso que el poder de mercado sea un factor importante
en la inflación actual en Estados Unidos, pero, suponiendo sin conceder que lo
sea, la política de competencia económica usualmente no actúa a escala nacional
y su tiempo de aplicación tiende a ser más prolongado del que la situación
actual requiere.
La última proposición trata sobre lo que podría considerarse el “arma
definitiva”: el uso de controles de precios, es decir, precios impuestos por los
gobiernos sobre un conjunto de bienes y servicios, bajo la amenaza de sanciones para las empresas que no
los acaten. Para algunas personas, los controles de precios
pueden parecer atractivos, pero muchos economistas consideran que pueden tener efectos
contraproducentes. Puesto que se trata de un panel de economistas de Estados
Unidos, resulta pertinente señalar que de 1971 a 1974 el presidente Richard Nixon
aplicó controles de precios cuando la inflación en ese país rondó el 5%. Los
gobiernos de México y de otros países de América Latina también instrumentaron controles
de precios en la década de 1970.
c) Los controles de precios implementados en la década de 1970 podrían
reducir con éxito la inflación estadounidense durante los próximos 12 meses.
La distribución
ponderada de las respuestas es: 24% de acuerdo; 11% incierto, 49% en desacuerdo
y 16% muy en desacuerdo. Me parece que estos resultados confirman que dentro de
la profesión económica se mantiene una opinión mayoritariamente negativa sobre los
controles de precios, aunque una tercera parte respondió estar de acuerdo o que
no tener certeza. Vale la pena revisar los comentarios de quienes no se manifestaron en
contra de esta proposición.
Acemoglu, Autor, Duffie, Aaron Edlin (experto en competencia económica), Oliver Hart, Judd, Eric Maskin,
Nordhaus, Scheinkman, Schmalensee, Carl Shapiro (experto en competencia
económica) y James Stock comentaron que los controles de precios “por
definición” o “mecánicamente” reducen la inflación, pero que son una mala idea
ya que tendrían efectos contraproducentes como desbasto o una mayor inflación
futura. Banerjee, quien respondió de manera incierta, mencionó que la
implementación sería un gran reto. Amy Finkelstein estuvo de acuerdo con la
proposición, pero no hizo comentarios.
La revisión de estos
comentarios simplemente confirma la amplia oposición a utilizar controles de
precios para enfrentar la inflación actual en Estados Unidos.