En este post comparto una serie de libros que, siendo optimista, me han ayudado a mejorar mi estructura de pensamiento, en particular mediante la lógica, el entendimiento de por qué a veces dejamos de pensar racionalmente y cómo podemos entender un mundo cada vez más complejo. Algunos libros tocan el tema de la retórica (entendido como el arte de la persuasión), pero esta selección no responde a buscar ganar debates, sino para formar un pensamiento crítico. La "buena" retórica esta presente en tanto que la salud de lo público requiere ciudadanos que sean pensadores capaces de formular mejores argumentos.
Para empezar, recomiendo un buen libro de lógica básica: Lógica de Wesley C. Salmon. Las ventajas de este libro es que incluye casi todo el conocimiento básico de esta rama y algunas aplicaciones en la formación de argumentos. Así, es un material de consulta de los conceptos más importantes y proporciona las bases para incursionar en la amplia variedad de libros de texto de lógica más amplios o especializados.
Las claves de la argumentación de Anthony Weston es un libro breve e introductorio de argumentación. No es un libro de texto, sino de reglas y recordatorios que apoyan la construcción de argumentos lógicos. Si el lector tiene una duda, entonces debe buscar la regla que necesita consultar. La diferencia con el libro de Salmon es que es menos riguroso, pero más aplicado. Este libro me ayuda a tener presente que el debate civilizado no debe limitarse a rebatir falacias, sino que requiere que ofrecer buenos argumentos.
El Compendio de lógica, argumentación y retórica, editado por Luis Vega Reñon y Paula Olmos Gómez integra las aportaciones de 59 especialista para la elaboración de 176 entradas como: algoritmo, analogía, dilema, figuras retóricas, teoría de modelos, etc., etc. No se trata de un libro básico, sino que es una obra de referencia para adquirir un conocimiento formal y profundo sobre lógica, argumentación y retórica. De mucha utilidad tanto si tienes dudas sobre algún concepto específicos como intereses académicos en estas disciplinas.
Cómo plantear y resolver problemas de George Poyla es propiamente un libro de matemáticas, pero el nivel no es elevado y también ofrece explicaciones y ejemplos que pueden adaptarse a operaciones intelectuales para la solución de problemas de carácter más general. En otras palabras, provee herramientas para pensar de manera más ordenada. Si no tienes una formación matemática, te podrías sentir intimidado por el contenido. Mi invitación es darle una oportunidad enfocándote en las explicaciones y propuestas que hace el autor en cuanto a la solución de problemas.
Eugenia Cheng, en El arte de la lógica (en un mundo ilógico), va más allá que proveer herramientas para pensar lógicamente, sino que proporciona consejos para establecer razonablemente nuestras creencias fundamentales o axiomas personales. Una aportación novedosa de Cheng es tomar en serio las emociones e incorporarlas dentro de un sistema en el que no se contradicen con la lógica, sino que son aspectos del pensamiento humano que van de la mano. También hay que reconocerle a la autora la transparencia para exponer sus axiomas personales y sus implicaciones lógicas. Esta apertura permite al lector evaluar las creencias de la autora, pero, más importante, que el mismo lector emprenda el camino necesario de poner a prueba sus propias creencias.
Albert O. Hirschman escribió Las retóricas de la intransigencia hace 30 años, en una época de contrarreformas conservadoras que él, un progresista, percibió como retrocesos. Propongo reinterpretar esta obra como un apoyo para reflexionar sobre los argumentos sobre discusiones políticas actuales, independientemente de nuestra postura ideológica. Hirschman identifica tres tesis reactivo-reaccionarias: a) de la perseverancia, b) de la futilidad y c) del riesgo. El autor también señala que estas tesis reaccionarios tienen contrapartes progresistas, por ejemplo: a) del predicamento desesperado, b) de la ley del movimiento y c) del apoyo mutuo. La lección es que ningún grupo ideológico tiene el monopolio de la intransigencia.En Pensar rápido, pensar despacio, Daniel Kahneman, psicólogo que en 2002 ganó el Premio Nobel de Economía, sintetiza sus investigaciones sobre la forma de pensar de los seres humanos. De acuerdo con Kahneman, los individuos toman decisiones en entornos de incertidumbre, por lo que en lugar de emplear los principios básicos de la probabilidad recurren a atajos heurísticos que los pueden llevar a cometer errores sistemáticamente. En mi opinión, los lectores interesados en mejorar sus procesos de pensamiento pueden beneficiarse de los sesgos cognitivos identificados por el autor y en su explicación de cómo operan en la toma de decisiones. Se trata de identificar nuestros errores.Scott E. Page, en The Model Thinker: What You Need to Know to Make Data Work for You, propone utilizar modelos matemáticos de las ciencias sociales para entender y afrontar los problemas sociales, pero no esperes ver un libro repleto de ecuaciones matemáticas. Esta obra tiene varias propuestas importantes. Primero, los modelos teóricos formales son las mejores herramientas para entender los problemas sociales. Segundo, dado su que son complejos, los problemas sociales actuales requieren ser analizados a través de varios ángulos, lo que es posible hacerlo mediante un perspectiva de "un problema, varios modelos" propia del análisis de sistemas complejos. Así, no se trata únicamente de ser lógicos o de entender las fuentes de nuestras pulsiones ilógicas, sino de contar con formas de convertir los datos en sabiduría.
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