Los indicios señalan que la inflación en Argentina está descontrolada. Y digo indicios, porque las estadísticas oficiales argentinas son conocidas por su falta de confiabilidad. Según las autoridades, la inflación en 2012 fue de 10.8%, aunque las estimaciones de consultoras privadas la ubicaron en 25.6%.
Ante ello, por primera vez en su historia, el Fondo Monetario Internacional emitió un voto de censura por las estadísticas oficiales, lo que llevó a Argentina a anunciar un nuevo método de medición de la inflación. La fecha límite es el 29 de septiembre de 2013.
Además, el Gobierno argentino llegó a un acuerdo con la asociación de supermercados para mantener congelados los precios en febrero y marzo. Después, en abril, renegociarían los términos del convenio.
El efecto de la inflación en la vida cotidiana es brutal y no debe olvidarse. Para ello, sirven los testimonios aparecidos en un artículo de 1980 de la revista Nexos:
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