sábado, 9 de febrero de 2013

Gérard Depardieu y el modelo de Tiebout

A finales de 2012 fue muy comentada la noticia de que el actor Gérard Depardieu renunciaba tanto a su residencia como a su nacionalidad francesa. El actor, cuyas diferencias ideológicas con el Gobierno socialista de François Hollande son bien conocidas, indicó en una carta al Primer Ministro francés que el año pasado había pagado en impuestos el 85% de sus ingresos. En cambio, en Rusia, su país adoptivo, pagaría un impuesto sobre la renta de 13%.

Numerosos analistas opinaron sobre el tema y no faltaron las críticas hacia Depardieu por su falta de solidaridad y por su avaricia por querer vivir en un país autoritario únicamente para ahorrarse impuestos. Pocos días después, la actriz Brigitte Bardot amenazó con renunciar a su nacionalidad francesa, pero no por razones fiscales sino por el maltrato animal que, a su parecer, era solapado por el Gobierno.

Más allá de consideraciones morales, este episodio es un buen pretexto para tratar un fenómeno que estudió el economista Charles Tiebout. La decisión de Depardieu parece estar más relacionada con la salida de otros millonarios franceses que se encuentran a disgusto por los elevados impuestos, lo que - desde un punto de vista analítico - se conoce como votar con los pies (foot voting): la capacidad que tienen los votantes para mudarse a otra jurisdicción cuando el gobierno de su lugar de residencia no le agrada.

La motivación del modelo de Tiebout parte de un problema de free rider en el que los bienes públicos ofrecidos localmente por un gobierno no son disfrutados por todos los habitantes de la comunidad, sino por una porción de ella. Originalmente, Richard Musgrave y Paul Samuelson concluyeron que la solución a este problema era política, puesto que en economías con bienes públicos la solución de mercado no podría ofrecer un mecanismo para revelar las preferencias de los votantes (o votantes-consumidores) y así obtener asignaciones eficientes. Para Musgrave y Samuelson, la ventaja que tiene el gobierno es que su objetivo es precisamente descubrir las preferencias de los consumidores-votantes por bienes públicos y cobrarles los impuestos que correspondan.

En cambio, para Tiebout no podía existir un mecanismo para forzar al votante a declarar sus verdaderas preferencias, pues sus incentivos son - precisamente - el del free rider: disfrutar de los bienes públicos evitando en lo posible pagar impuestos. Su argumento es que, bajo supuestos muy restrictivos y la posibilidad de formar canastas de bienes públicos-impuestos, es posible encontrar una solución de mercado al problema. Los supuestos originales son:

1. Movilidad perfecta entre comunidades.
2. Información perfecta sobre las comunidades.
3. Muchas comunidades.
4. Los ingresos de los consumidores-votantes son exógenos.
5. No existen externalidades entre comunidades.
6. Las comunidades tienen un tamaño óptimo, en términos de población, que minimiza el costo de proveer bienes públicos.
7. Las comunidades por debajo (arriba) de su tamaño óptimo buscan atraer (expulsar) residentes con la finalidad de minimizar sus costos medios.

Así, en el modelo las comunidades ofrecen diferentes canastas de bienes públicos-impuestos y los votantes seleccionan las que mejor satisfacen sus preferencias. Lo interesante del argumento de Tiebout es que la posibilidad de votar con los pies permite a los consumidores-votantes revelar sus preferencias y a las comunidades elegir niveles óptimos de bienes públicos. De esta manera, los consumidores-votantes residen en los lugares donde las canastas de bienes públicos-impuestos son las mejores para ellos y las comunidades minimizan sus costos.


Como es natural, el caso de Depardieu tiene diferencias con el modelo básico y muy restrictivo de Tiebout. Por ejemplo, el modelo trata de gobiernos locales, donde las preferencias podrían ser mejor reflejadas, mientras que Depardieu tomó la decisión ante una situación nacional. Tiebout pensaba que para los bienes públicos nacionales era aceptable la solución política, pero para los bienes públicos locales la competencia entre jurisdicciones resolvía el problema de free rider en cuanto a que el resultado obtenido era eficiente en el sentido de Pareto.

Por supuesto, una afirmación tan fuerte ha sido sometida a escrutinio. El paper original puede consultarse aquí.

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